Reflexiones sobre la elasticidad de la oferta monetaria y Bitcoin
“…en efecto no hay nadie que actúe como banco central o reserva federal para ajustar la oferta monetaria a medida que crece la población de usuarios. Eso habría requerido que un tercero de confianza determinara el valor, porque no conozco una forma en que el software sepa el valor de las cosas en el mundo real. Si hubiera alguna forma inteligente, o si quisiéramos confiar en alguien que administrara activamente la oferta monetaria para vincularla a algo, las reglas podrían haber sido programadas para eso.”
Satoshi Nakamoto, 18 de febrero de 2009.
Se dice muy a menudo1 que la falta de elasticidad de la oferta de bitcoin es uno de los principales inconvenientes para que se convierta en dinero, entendiendo por tal aquello que es generalmente aceptado como medio de pago, dado que esta falta de elasticidad provoca una gran volatilidad, lo que dificulta enormemente, con carácter principal, la función de unidad de cuenta, que junto con la de preservación o depósito de valor y medio de intercambio o pago son las tres que, en mayor o menor medida, debe satisfacer cualquier cosa que aspire a ser dinero2.
Bitcoin supera cualquier concepción del dinero que el hombre haya conocido hasta el presente y seguramente va a cambiar la forma en que lo entendemos. Bitcoin nos anima a redescubrir el concepto y la institución del dinero, por lo que el debate sobre si bitcoin es o no dinero en su concepción actual creo que no presenta la trascendencia que a menudo se le atribuye.
Pero volviendo al tema del artículo, con inelasticidad de la oferta hacemos referencia a que la cantidad de bitcoins disponibles en el mercado no se ve afectada por la demanda (ni por la demanda ni por ninguna otra cosa que no se encuentre en las casi inmutables reglas impuestas por su código informático), lo cual contribuye sobremanera, en opinión de muchos3, a su alta volatilidad.
En la actual dogmática convencional sobre la materia4 hay dos conceptos en los que me gustaría detenerme: el tipo de interés como “precio” del dinero, concepción que creo superada hoy en día, y el concepto de demanda monetaria que, a pesar de sus características propias, en muchos análisis se asimila en gran medida a la de cualquier otro bien.
De esta forma, resumiendo quizás en exceso, se considera al dinero (moneda fiat) como un bien5 y que, como tal, tiene un precio, que en muchas ocasiones se asocia al tipo de interés. En condiciones de mercado, este precio variará hasta que la oferta y demanda se encuentren en una cifra. Si la oferta del bien se mantiene y la demanda aumenta, entonces el precio (tipo de interés), tiene que subir. Y si la oferta aumenta manteniéndose constante la demanda, entonces el precio debe bajar.
Desde luego, en la actualidad la determinación del tipo de interés se realiza de cualquier manera menos por la descrita anteriormente, al menos en la primera capa de la oferta monetaria. Lo cierto es que la elasticidad de la oferta y la fijación de los tipos de interés se han convertido en los tiempos actuales en mecanismos de la política para exprimir a los ciudadanos y beneficiar a los políticos6, que pueden exacerbarse con las previstas CBDC7 (iniciales en inglés de Central Bank Digital Currency, en español: Monedas Digitales de Bancos Centrales).
A pesar de la manida asociación del tipo de interés con la expresión “precio del dinero”, lo correcto y más preciso sería decir que es el precio del crédito. El tipo de interés no es ningún precio del bien monetario, el precio de ese bien es su poder adquisitivo8. Si puedo comprar más cosas con la misma cantidad de unidades monetarias es porque su precio aumenta, si puedo comprar menos cosas es porque su precio disminuye. El tipo de interés, en condiciones de mercado, inexistentes o muy manipuladas en la actualidad, nos indica la preferencia temporal de los participantes del mercado, poniéndole precio. Es la remuneración que estamos dispuestos aceptar para renunciar a un consumo presente por uno futuro. Es el precio de trasladar dinero a lo largo del tiempo9. Yo estoy dispuesto a renunciar a un consumo presente, siempre que al final del periodo de renuncia pueda consumir más que ahora. Sucede que para la fijación de esa preferencia temporal es importante también tener en cuenta hacia donde se canaliza esa renuncia y especialmente el riesgo que esa opción implica. No es lo mismo prestarle el dinero a un descerebrado que pretende disfrutar de un año sabático dando la vuelta al mundo; a un empresario honrado, responsable y de buena reputación que quiere ampliar su negocio o; a un estado corrupto y decadente cuya máxima es extraer la mayor cantidad posible de recursos a sus súbditos10, pues hace tiempo que dejamos de ser ciudadanos, si es que alguna vez lo fuimos. El precio que pongo a posponer mi consumo no es igual en un caso que en otro. Deberemos convenir que, actualmente y en cuanto a la primera capa del sistema financiero, la fijación de los tipos de interés guarda, si acaso, una lejana relación con esta lógica.
Además, esa “demanda” de dinero (que en puridad deberíamos decir de crédito) se satisface en unas condiciones tremendamente asimétricas. Mientras los estados pueden satisfacer sus necesidades o ansias de financiación con un precio cercano al cero o incluso por debajo, resulta que el incauto que sucumba a los cantos de sirena de las tarjetas revolving debe lidiar con unos tipos cercanos al 25%. El estado tiene a su lado a un Banco Central dispuesto a lo que haga falta, mientras que el particular está solo ante el peligro. El precio de la preferencia temporal en la primera capa de la oferta monetaria, de la que disfrutan los más poderosos, ciertamente, no se hace en condiciones de mercado, ni de una manera justa11.
Por otro lado, cada bien en concreto tiene unas cualidades diferentes que hacen que los motivos y efectos de su demanda y satisfacción de la misma no sean comparables entre sí. Estas diferencias creo que se acentúan en los bienes o mercancías susceptibles de un uso monetario. En los casos de bienes que en la práctica su única utilidad es monetaria (como sucede actualmente con bitcoin) esas diferencias se extreman.
En la explicación convencional, la demanda de dinero se define como la cantidad de dinero en efectivo (billetes, monedas y depósitos a la vista) que los agentes económicos desean mantener en un momento determinado. Pero debo reconocer que tampoco le encuentro mucha utilidad a este concepto en el debate que aquí analizamos. La gente demanda dinero por muchos motivos y, aunque a veces se destacan las diferencias, al final se ubica en el mismo lado de la demanda a quien quiere dinero para comprar un coche y quien quiere el dinero para meterlo debajo del colchón porque no se fía del banco. El dinero destinado al coche se pone en circulación, el otro no. La demanda así definida no se puede comparar con la demanda de otro bien no monetario. Como decíamos antes, la demanda de cada bien obedece unas características particulares que no son homogéneas, y en los casos de bienes que en la práctica su única utilidad es monetaria esas particularidades son especialmente distintivas12, con propósitos tales como cambiarlo por otro bien, guardarlo para por si acaso lo necesito o especular con él. Esas diferencias han dado lugar muchos debates entre los economistas13.
La demanda de dinero FIAT es muy asimétrica en las pretensiones de los demandantes, el precio que están dispuestos a pagar por satisfacerla y la libertad con la que se toma la decisión.
Creo que podemos consensuar que lo ideal o preferible es que el dinero que tenemos y el que ganamos conserve su poder adquisitivo. Sucede que cada uno tiene su canasta de bienes y servicios a los que aspira y su precio depende de numerosas variables ajenas al funcionamiento del sistema monetario.
Lo que queremos es conservar valor, digamos que en líneas generales, pues como me hace notar Manuel Polavieja, los precios monetarios son relaciones de intercambio entre el dinero y los bienes. El dinero ideal es el que mantiene su valor lo más estable posible, que no tiene nada que ver con el hecho de que los precios de los bienes no fluctúen. Todo lo contrario, lo suyo es que fluctúen todo lo que haga falta contra ese valor estable del dinero14. Por su parte, Gael Sanchez Smith considera que no es posible separar el valor del dinero de su poder adquisitivo, pues en su opinión el “valor” es un fenómeno metafísico que no puede medirse y, por tanto, inservible para realizar cualquier tipo de análisis científico o teórico.
En cualquier caso, lo cierto es que la dogmática convencional pone en relación la demanda de dinero con el valor, recurriendo a índices como el IPC o el PIB. Pero más que la demanda de dinero lo que parece deseable es que la oferta monetaria se adapte las variaciones de un valor que desde luego no puede incorporarse al protocolo de Bitcoin sin depender de un tercero que fije ese valor. Luego veremos que Satoshi no identifica el “valor” al que nos referimos cuando se habla de un ajuste de la oferta monetaria.
Siguiendo esta lógica, si el objetivo es el mantenimiento de la relación oferta-valor (indefinido), en el caso de que el “valor” de referencia suba (PIB, por ejemplo) la oferta monetaria debería aumentar en la misma proporción. Si el valor de referencia baja, entonces la oferta monetaria debería disminuir, pero no porque aumente o disminuya la denominada demanda de dinero, sino porque entonces el dinero que existe refleja adecuadamente el precio de todo lo que se pone a la venta.
Por otro lado, el precio de los bienes y servicios no depende solamente de la oferta monetaria efectiva y las preferencias de sus demandantes, de forma que cada bien o servicio tendrá sus particularidades propias, al igual que cada persona que los demande. Si los costes de producción de un determinado bien se reducen, por ejemplo, a resultas del avance tecnológico, podemos suponer que su precio acabará bajando. Si hablamos de un bien sujeto a las modas y entra en desuso (disminuye la demanda), como los pantalones de campana de los años 60 (del siglo XX), su precio necesariamente bajará. Si la oferta del bien aumenta, como podría ser en caso del descubrimiento de un yacimiento de mineral escaso y valioso, su precio inevitablemente descenderá. Un ejemplo de ello, y en relación con un bien cuya principal utilidad es la monetaria, lo tenemos con el descubrimiento del oro de América por parte de los europeos, que hizo que el precioso metal perdiera valor (precio relativo respecto de los demás bienes y servicios), lo que dio lugar a un periodo inflacionario en el viejo continente y particularmente en España, conocido como la revolución de los precios15.
Convendremos en que la estabilidad que se desea para bitcoin no es en relación con el dinero FIAT (dólar, euro…) que está en un permanente proceso de devaluación, sino en relación con las cosas que yo puedo aspirar a comprar y como decíamos antes, cada uno tiene su propia cesta de productos y servicios a considerar.. Por poner un caso, que las villas de lujo en las Seychelles estén sufriendo un alza considerable en los precios es algo que a mí, personalmente, me trae sin cuidado, lo mismo que si los precios bajan; se trata de activos que están fuera de mi ámbito de compra. Se supone que el IPC es el conjunto de bienes a tener en cuenta, aunque como sabemos es un índice que está fuertemente manipulado. Podríamos admitir que el objetivo es una estabilidad de precios en relación con la canasta de productos y servicios del IPC, pero tenemos que ser conscientes de estas imprecisiones. Desde la perspectiva del hodler, y de cualquiera que esté dispuesto a tener bitcoins, el objetivo es que en el futuro, próximo o cercano, pueda comprar al menos las mismas cosas o análogas a las de hoy. En cualquier caso, necesitaríamos igualmente un tercero que determinara la cesta de la compra e hiciera los cálculos para la determinación del índice.
En consecuencia, para este objetivo de mantenimiento del valor, lo importante es que se mantenga esa relación marginal entre la oferta monetaria y los incrementos o subidas que experimente un determinado valor (PIB, riqueza mundial, bienes y servicios a la venta….), que todavía no tenemos claro si quiera cómo definir o medir. Pensemos por ejemplo en la producción de teléfonos móviles. Lo normal es que los precios de estos dispositivos vayan reduciéndose, no porque disminuya la demanda, sino por el aumento de la productividad en el sector. Si consideramos un mercado con 100 teléfonos móviles anuales a un precio de 100 euros, tendríamos un PIB de teléfonos móviles de 10.000 euros. Si al año siguiente se producen 100 teléfonos que se pone en el mercado a 80 euros (por el aumento de productividad), resulta que el PIB de teléfonos móviles debería reducirse hasta los 8.000 euros lo cual requeriría una disminución de la oferta monetaria destinada a móviles de 2.000 euros para mantener el precio de dispositivo en 100 euros. Ese descenso de precio es algo que no debería corregirse mediante la reducción de la oferta monetaria, como podemos convenir.
En fin, lo cierto es que la cuestión es muy compleja. El propio Satoshi ya reflexionó sobre ello en uno de sus mensajes16 citado al principio de este artículo, donde no habla de demanda monetaria sino de “población de usuarios”, y no alcanza a identificar el “valor” al cual debería referenciarse marginalmente la oferta monetaria para mantener la estabilidad, es decir, reducir la volatilidad. Por lo demás, pone de manifiesto que, para referenciar la oferta monetaria a ese valor debería contarse con un tercero, ajeno al protocolo, que fijara dicho valor o sus variaciones y, en cualquier caso, las reglas del protocolo pueden sufrir modificaciones para contemplar estas circunstancias. En concreto así se pronuncia Satoshi:
“A la pregunta de Sepp, en efecto no hay nadie que actúe como banco central o reserva federal para ajustar la oferta monetaria a medida que crece la población de usuarios. Eso habría requerido que un tercero de confianza determinara el valor, porque no conozco una forma en que el software sepa el valor de las cosas en el mundo real. Si hubiera alguna forma inteligente, o si quisiéramos confiar en alguien que administrara activamente la oferta monetaria para vincularla a algo, las reglas podrían haber sido programadas para eso.”
De entrada, podemos observar que Satoshi elude hablar de demanda monetaria, no hace referencia a ajustar la oferta monetaria a la demanda, sino al eventual crecimiento de la población de usuarios, como elemento pueda inducir a la conveniencia de un ajuste en la oferta.
En la siguiente frase conecta esa eventual conveniencia de ajuste de oferta con el concepto de “valor de las cosas en el mundo real”, dando a entender que para que bitcoin conservara un valor estable, este debería corresponderse con ese valor. Aquí, al igual que antes elude hablar de demanda monetaria, Satoshi omite indicar a qué valor se refiere, usando un término algo ambiguo como valor real de las cosas o valor de las cosas en el mundo real (no me queda claro cuál sería la mejor traducción). No sabemos si se está refiriendo al producto interior bruto (PIB), riqueza mundial, bienes y servicios susceptibles de ser comprados, IPC o cualquier otro parámetro o índice similar. En cualquier caso, Satoshi reconoce que, con el actual estado de la tecnología, no hay manera de averiguar o fijar de forma objetiva ese valor, y que dependeríamos de un “tercero” para ello. Por lo demás, “la oposición de los autores austríacos al uso de los números índice es uno de los extremos que los caracteriza como escuela. No fue Menger el único que señaló las limitaciones de dicho concepto, sino que incluso Mises negó la posibilidad de medición del nivel de precios.”17
Además, el precio relativo de los bienes y servicios variará de forma asimétrica, según el bien o servicio concreto y otros factores como la ubicación en la que nos encontremos. No vale lo mismo una piña recién cortada del árbol en Costa Rica, que esa misma piña transportada en avión hasta Europa.
En definitiva, no da la impresión de que al día de hoy puedan incorporarse reglas en el protocolo de Bitcoin que ajusten su oferta monetaria a variaciones de un valor de referencia que no podemos concretar de forma objetiva y precisa (“valor de las cosas en el mundo real”) y que además la fijación de ese valor debería contar con la participación de un tercero de confianza.
Podemos concluir, así, que difícilmente la oferta monetaria de Bitcoin puede ajustarse a las variaciones de la demanda, población de usuarios, o del valor (PIB, IPC, riqueza…) al que queremos que quede ligado.
Pero hay otra variable que influye en la oferta monetaria y el nivel de precios: la velocidad de circulación del dinero18. Gael Sánchez Smith, en el artículo comentado en notas precedentes hace referencia velada a este concepto cuando afirma que “si la oferta monetaria de dinero es inelástica (como es el caso en Bitcoin) y la velocidad de circulación del dinero se mantiene estable, cualquier aumento de la producción tiene que conllevar una disminución proporcional del nivel general de precios.”
Pero sabemos que la velocidad de circulación del dinero no se mantiene estable, de forma que una mayor velocidad de circulación monetaria tiene unos efectos similares al aumento de la oferta monetaria. Si no podemos ajustar la oferta monetaria de Bitcoin ni a la “demanda” ni a un “valor” que definamos, igual sí es posible ajustarla o modularla a la velocidad de circulación de sus unidades monetarias, y en el caso de Bitcoin me pregunto si ello se podría conseguir afectando a la dificultad/tiempo de generación de bloques, introduciendo otra variable (la velocidad de circulación) para la determinación de la dificultad. Ahora la única variable es la cantidad de operaciones de cálculo de hashes que se pueden hacer en un periodo de tiempo, de forma que la dificultad varía para más o menos ajustarse al objetivo de 1 bloque cada 10 minutos.
La idea es que si la “demanda” de bitcoins aumenta podría aumentarse la oferta para mantener un valor relativo (respecto de todas las otras cosas que tienen valor económico) de bitcoin lo más estable posible. Como digo, una posible forma sería actuar sobre la velocidad de circulación de las unidades monetarias, dado que una mayor velocidad de circulación monetaria tiene unos efectos similares al aumento de la oferta monetaria. No en vano, una manera de estimular la economía es aumentar la oferta cuando la economía se “para” y la velocidad de circulación del dinero disminuye drásticamente. En la práctica, los intentos de medir la velocidad del dinero son generalmente indirectos19, pero con Bitcoin igual se puede establecer algún sistema de medición directa, dado que se puede comprobar cuándo una unidad monetaria cambia de manos, de forma que los ajustes se podrían hacer sin necesidad de acudir a oráculos ajenos al protocolo.
Si de alguna forma se pudiera fijar de forma objetiva las variaciones de esa velocidad, se podría actuar sobre los mecanismos que rigen la oferta monetaria de Bitcoin. Si la velocidad aumenta, ello implicaría una suerte de aumento de la oferta monetaria, por lo que entonces la dificultad debería aumentar para disminuir la oferta, o reducir la creación de nuevas unidades de bitcoins (esto último funcionaría peor a medida que la recompensa va acercándose al límite). Por el contrario, si la velocidad de circulación de las unidades monetarias disminuye, entonces la dificultad debería disminuir, o incrementar las recompensas, para aumentar la oferta monetaria20. Pero no tengo claro que esto realmente ayudara a aplanar la volatilidad. Cuando estamos en periodos alcistas del precio de bitcoin, es previsible que esa velocidad aumente, por lo que si restringimos la oferta, entonces el precio seguiría subiendo. En periodos bajistas, la velocidad también puede aumentar, en cuyo caso la disminución de la oferta sí podría contribuir a limitar la bajada de precios.
Otra cuestión es que esto puede dar lugar a manipulaciones, especialmente para aumentar la velocidad con transacciones que no obedecen a intercambios reales, aunque lo cierto es que esta opción no veo a quien puede beneficiar. Por otro lado, la velocidad de circulación de las unidades monetarias podría aumentar en redes de segunda capa como Lightning Network, con efectos análogos al de aumento de la oferta monetaria, pero sin reflejo en la cadena de bloques principal de Bitcoin.
En fin, después de todas estas reflexiones, realmente me cuestiono que la falta de elasticidad de la oferta monetaria de Bitcoin sea algo que pueda o deba corregirse. Como indican muchos, la volatilidad de los bitcoins puede obedecer que el mercado está todavía en fase de descubrir sus propiedades y, por tanto, su precio, de forma que cuando se encuentre maduro dicha volatilidad se reducirá21. Como indica Manuel Polavieja, no se trata de estabilidad de precios, sino estabilidad en el valor (poder adquisitivo) del dinero, lo que Menger llama “valor de cambio intrínseco del dinero”22. Si ponemos ese precio en relación, no con el dólar o el euro, sino con el conjunto de bienes y servicios disponibles que estamos dispuestos a comprar, según las circunstancias personales de cada uno, vemos que la estabilidad de los precios es un objetivo difícil de alcanzar, pues estos se encontrarán, necesariamente, en una constante variación, como el clima de la Tierra, y, de igual forma, afectados por unas variables que todavía no alcanzamos a comprender y menos aún medir e incorporar a un protocolo informático como Bitcoin. Sucede que la actual volatilidad de precios, gracias a la ilusión creada por el dinero FIAT, por ventura (para los que toman la píldora azul23) o por desgracia (para los que toman la roja) no la percibimos en muchos casos hasta que es ya demasiado tarde. El sistema de precios de mercado es una inteligencia artificial de planificación económica con un nivel de eficiencia que, ciertamente, no ha podido igualar todavía ningún poder centralizado; cuanto más nos alejemos de ella, más probable es que la ineficiencia nos vuelva a todos más pobres.
1 Por ejemplo, en la entrega L166 del podcast de Lunaticoin, por parte del economista Nicolás Cachanosky: https://www.youtube.com/watch?v=Dg39m_PUwC8
2 Las funciones están conectadas entre sí, especialmente, las de depósito de valor (intercambio en el tiempo) y medio de pago o cambio (intercambio en el espacio), surgiendo la unidad de cuenta como consecuencia de las anteriores. Recomiendo la lectura del artículo de Eduardo Blasco “El dinero como tecnología y el bitcoin como mejora”:
https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/el-dinero-como-tecnologia-y-el-bitcoin-como-mejora-i/ donde indica: “Cuando un bien puede transportar valor a lo largo del tiempo, decimos que este funciona como depósito de valor. Cuando un bien sirve para transportar valor a lo largo del espacio, se le describe como medio de intercambio generalmente aceptado. Estas dos facultades, junto con la de unidad de cuenta son las tres funciones que típicamente se emplean para describir el dinero.”
En este mismo sentido, sobre las funciones del dinero como medio de intercambio en el tiempo y el espacio se pronuncia también Adolfo Contreras, por ejemplo en este podcast con Carlos Martínez: https://youtu.be/Qxi-Z1Ct6i8?t=1036
3 Por ejemplo, Fernando Nieto en “Why bitcoin is inherently Volatile?” https://gist.github.com/fernandonm/81cb21bdce0910055de32b98ee4119e1
Manuel Polavieja en estos artículos:
https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/bitcoin-dinero-y-mercancias/
https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/es-bitcoin-irremediablemente-volatil/
En contra Gael Sánchez Smith en “Reflexiones sobre la regla monetaria de Bitcoin y su viabilidad como dinero” https://laeradebitcoin.substack.com/p/reflexiones-sobre-la-regla-monetaria quien destaca que “la evidencia histórica sugiere que el mercado tiene preferencia por los activos monetarios más inelásticos”. En cambio, Manuel Polavieja considera que el mercado selecciona los bienes con la elasticidad apropiada, no necesariamente los más inelásticos.
4 Una síntesis, quizás demasiado simple, encontrarse en: https://yirepa.es/el%20mercado%20de%20dinero.html
5 A raíz de los artículos publicados por Rubén Manso Olivar sobre la naturaleza del actual dinero FIAT: https://www.libremercado.com/2021-10-02/ruben-manso-el-dinero-no-es-un-pasivo-del-banco-central-es-patrimonio-neto-6823876/ y https://www.libremercado.com/2021-11-10/ruben-manso-adquirir-sin-entregar-nada-a-cambio-la-fabrica-de-dinero-y-la-tentacion-del-bce-6835941/ se produjo un interesante debate en twitter sobre si el actual dinero FIAT tiene la categoría de activo, patrimonio neto o pasivo del Banco Central.
https://twitter.com/rubenmansolivar/status/1458362884602408964 y https://twitter.com/rubenmansolivar/status/1444192687414992896
Para Francisco Capella, “puede interpretarse de ambas formas [activo o pasivo], como pasivo peculiar (no convertible) o como activo peculiar (con obligaciones asociadas)”
https://twitter.com/fcapellaga/status/1444237729659752452
Personalmente, el calificativo que más me gusta es el usado por Juan Ramón Rallo: Una deuda impagada:
https://www.libremercado.com/2011-12-02/juan-ramon-rallo-que-es-el-dinero-fiduciario-62223/
“Lo que eran promesas pagaderas en oro se convirtieron en deudas impagadas. Y eso es, ni más ni menos, el dinero fiduciario: un pasivo impagado por parte del banco central”.
6 https://www.youtube.com/watch?v=6qXRTkyBcCA. El BCE asfixia a familias y empresas para dar oxígeno a los gobiernos. Juan Ramón Rallo.
7 https://www.youtube.com/watch?v=xRCwvEqcE1A. LA TRAMPA ESTÁ LISTA: SE LLAMA CBDC Y SÓLO BITCOIN PODRÍA EVITARLA. Marc Vidal.
8 Aunque son conceptos distintos, tratándose de dinero FIAT, que básicamente es crédito, hay una íntima conexión entre el tipo de interés y su poder adquisitivo. Si suben los tipos de interés, los bonos de los estados, que figuran en el balance de los bancos centrales, pierden valor y con ellos el dinero FIAT emitido para comprarlos.
9 “El tipo de interés no es el precio del dinero”. Gonzalo García Abad. https://argumentoseconomicos.com/2014/12/20/el-tipo-de-interes-no-es-el-precio-del-dinero/
10 De nuevo, vuelvo a recomendar para ello la lectura de “El individuo soberano”. https://www.bubok.es/libros/270858/El-Individuo-Soberano-Una-guia-para-dominar-la-transicion-hacia-la-era-de-la-informacion
11 En este vídeo, Juan Ramón Rallo explica como “El BCE asfixia a familias y empresas para dar oxígeno a los gobiernos”: https://www.youtube.com/watch?v=6qXRTkyBcCA
12 Carl Menger indica al respecto: “Lo que distingue al dinero del resto de los bienes es que con cada variación de su «valor de cambio externo», ya se deba esta a cambios que procedan del lado del dinero mismo o del de los bienes, la demanda de dinero de las economías domesticas y compañías mercantiles, y por tanto la de la economía en su conjunto, se modifica: cada aumento en el valor del cambio externo del dinero tiende a reducirla y cada descenso la aumenta.”
“El dinero”. pag. 239. https://www.academia.edu/85837242/El_dinero_Carl_Menger
13 “La teoría cuantitativa del dinero. La demanda de dinero en España 1883-1998”. Carme Riera i Prunera y Yolanda Blasco-Martel. Estudios de Historia Económica N.º 72. 2016 https://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/PublicacionesSeriadas/EstudiosHistoriaEconomica/Fic/roja72.pdf
14 Sucede, como me indica Manuel Polavieja, que el plazo a considerar también es importante, pues normalmente activos como inmuebles suelen conservar mejor el valor que el dinero FIAT, pero esos activos son menos líquidos que las monedas FIAT, y la ventaja que supone su liquidez ha de tener un coste.
16 Mensaje publicado por Satoshi con fecha 18 de febrero de 2009 (traducción propia): https://satoshi.nakamotoinstitute.org/posts/p2pfoundation/3/#selection-129.1-163.125
17 https://repositorio.uam.es/handle/10486/6077 Una reconsideración de las aportaciones de Carl Menger a la teoría monetaria. Oller, J.L.
18 https://es.wikipedia.org/wiki/Velocidad_de_circulaci%C3%B3n_del_dinero.
Nota añadida el 23/11/2022. Juan Ramón Rallo hace una vedad referencia a la velocidad de circulación y Bitcoin en este vídeo: https://youtu.be/OckOfM-vqw8?t=487, pero centrándose en la eventual intervención de intermediarios.
20 Otro mecanismo de ajuste de la oferta por el lado de la dificultad se describe en este artículo que se ocupa del poco tratado ataque de “robo del tiempo” (timejacking): http://culubas.blogspot.com/2011/05/timejacking-bitcoin_802.html
21 https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/es-bitcoin-irremediablemente-volatil/ ¿ES BITCOIN IRREMEDIABLEMENTE VOLÁTIL? Manuel Polavieja: “hace falta un proceso complejo de descubrimiento de las propiedades del activo en cuestión, y también de su precio”
En este hilo de twitter, Josh Hendrickson defiende la tesis de que “la idea de que el suministro fijo es inequívocamente mala es demasiado simplista.” https://twitter.com/RebelEconProf/status/1596532198701768705
22 Sobre los posibles valores a los que debería referenciarse el dinero es interesante la síntesis doctrinal que se efectúa en las páginas 121 del trabajo ya mencionado https://repositorio.uam.es/handle/10486/6077 Una reconsideración de las aportaciones de Carl Menger a la teoría monetaria. Oller, J.L