Bitcoin y la dualidad onda-corpúsculo
“hay una disputa sin resolver
entre quienes ven el dinero como una mercancía
y quienes lo ven como un pagaré. ¿Qué es realmente?
A estas alturas la respuesta debería ser obvia: es ambas cosas.”
David Graeber[1]
No podemos desconocer que la cuestión de la dualidad onda-corpúsculo tiene un profundo alcance que desborda el ámbito estricto de la física y se adentra en el de la ontología y epistemología[2]. No en vano, pocos temas de la ciencia del siglo XX han hecho correr tantos ríos de tinta como éste, que ha llevado incluso a plantear la sustitución de los conceptos físicos clásicos por otros enteramente nuevos y desconectados de la experiencia ordinaria. Bitcoin nos anima también a replantearnos conceptos o, al menos, intentar entenderlos desde perspectivas menos convencionales.
El dinero es la institución[3] creada por el hombre para satisfacer su necesidad de intercambio y cooperación. Podemos situar el origen efectivo de esta necesidad en la revolución neolítica que posibilitó la aparición de excedentes de producción. Con el excedente se podían hacer tres cosas: dejarlo perecer, que alguien nos lo quitara usando la violencia o intercambiarlo por otras cosas que consideremos valiosas, contribuyendo así a la cooperación entre individuos. Para satisfacer esta necesidad es conveniente que la institución (el dinero) permita transmitir valor en el tiempo (función de reserva) y el espacio/persona (medio de pago), así como poder realizar cálculos económicos (unidad de cuenta), resumiendo así las tres funciones clásicas que se le atribuyen. Pero estas tres funciones son instrumentales de la necesidad que provoca la aparición de la institución: cooperar.
Entre las muchas clasificaciones que podemos hacer del dinero, se encuentra la que diferencia entre el dinero-deuda y el dinero mercancía[4]. David Graeber pone de manifiesto cómo es probable que el primer dinero, la primera forma de intercambiar excedentes, que conoció la humanidad fuera la deuda y no el trueque, como tradicionalmente se considera[5]. Pero el problema de la deuda es que requiere de varias cosas, por un lado, confianza en que el deudor cumpla su palabra[6] , por otro, el establecimiento de una unidad de cuenta que relacione el valor de la deuda con el de las cosas susceptibles de ser intercambiadas. Para superar la limitación de la confianza, empezaron a usarse como dinero mercancías -con las que no hacía falta confiar en la palabra del deudor- que de alguna manera pudieran reflejar el valor de la deuda o transacciones. En función de características como durabilidad, divisibilidad o facilidad de transporte, había cosas que eran más aptas que otras para satisfacer la necesidad de intercambio de excedentes que pretende satisfacer la institución que comentamos.
Una mercancía tiene un valor derivado de su utilidad al margen de la de servir como medio de intercambio (en principio, por eso se la escoge como dinero), que podríamos definir como extramonetario. Pero tiene otro valor derivado de su utilidad como medio de intercambio o capacidad para transmitir valor o reflejar deudas transferibles, que podemos denominar monetario[7], lo que lleva, como señalan autores como Graeber, a que las monedas antiguas solieran tener un valor mucho mayor que su contenido de metal.
Nuestro dinero fiat actual, desde esta perspectiva, podríamos considerarlo como una mercancía cuyo valor monetario es muy superior al extramonetario (que es prácticamente 0).
Y el valor monetario, siguiendo a Gigi[8], en última instancia, responde a su aptitud para registrar los valores -o el valor de las cosas (en sentido amplio)- que se transmiten entre los sujetos que integran la sociedad.
Desde esta óptica, Bitcoin se parecería más al dinero fiat actual que no al oro[9], a pesar de que las comparaciones habituales suelen ser con el metal preciado. Se podría argumentar que el valor no monetario del oro es residual, pero es que el del dinero fiat es más residual aún que el del oro.
En última instancia, la transmisión de valor no es más que la satisfacción de una deuda, ya sea esa legal, empresarial, moral, emocional o de cualquier otra índole. El dinero fiat actual es básicamente deuda del estado para con sus súbditos, una deuda que se encoge -rara vez- o expande de una forma que cabe calificar, en el mejor de los casos, como arbitraria e injusta, cuando no un auténtico latrocinio, sobre la que, además, se construye un inmenso castillo de naipes, al más puro estilo piramidal.
La fijación del valor de la deuda, entendiendo por ella el valor de las transacciones que se efectúan en relación con el resto de bienes y servicios susceptibles de ser objeto de transacción, es lo complicado y hacerlo con exactitud perenne es algo prácticamente imposible[10], de momento. Si yo intercambio 10 kg. de manzanas que tengo de excedente en mi producción hoy, a cambio de la deuda de recibir, digamos, 10 docenas de huevos dentro de tres meses (pues el productor de los huevos tiene gallinas, pero que tardarán en poner huevos), en ese plazo de tiempo pueden suceder infinidad de circunstancias que incidan en el valor que asignamos tanto a las manzanas como a los huevos y de ahí que resulte útil una unidad de cuenta, con una cierta independencia de las cosas y servicios que se intercambian, que refleje el valor de las transacciones y, por tanto, de las deudas.
Bitcoin nos permite usar un sistema de registro de transacciones y liquidación de deudas de una forma como nunca antes se había conocido. A la deuda hay que asignarle un valor en términos numéricos, y en Bitcoin el valor se mide en lo que llamamos bitcoins, las unidades de cuenta de la red Bitcoin, o en sats (abreviatura de satoshis que son la cien millonésima parte de 1 bitcoin). De esta forma, si distinguimos entre la red Bitcoin, el sistema en su conjunto, y el token o ficha bitcoin, que es el que condensa el valor que las personas le atribuyen, Bitcoin sería el equivalente al actual sistema fiat (basado en deuda), pero las unidades de bitcoin, en su funcionamiento sobrevenido como activo real escaso, se parecerían más al oro que a los billetes actuales.
La trascendencia de Bitcoin se pone de manifiesto porque la inmensa mayoría de gobernantes de todo signo político se han comportado, se comportan y, presumiblemente, se comportarán de forma deshonesta y/o negligente. Esta circunstancia, en última instancia, tiene su causa en los perversos incentivos que subyacen al diseño del sistema. Bitcoin, y quizás sea su aspecto más revolucionario, redefine los incentivos de los agentes que participan en cuestiones monetarias. Si los gobiernos se comportaran de manera honesta y diligente, Bitcoin, aunque seguiría siendo un avance tecnológico útil, no presentaría la transcendencia que tiene hoy en día como corrector de actitudes perversas. Honestidad y diligencia por parte de nuestros gobernantes es lo único que podría, si acaso, ralentizar el desarrollo de Bitcoin, pero ellos están acostumbrados a solucionar sus problemas a golpe de diario oficial, es decir, violencia regulatoria, y la que se vislumbra en el horizonte, aunque a corto plazo parezca que tapa la vía de agua, no hará sino que el hundimiento del barco, cuando llegue, desafortunadamente para muchos, sea más explosivo y virulento.
Desde la perspectiva del dinero-deuda, su función principal era la de unidad de cuenta, para poder ponerle un número al valor de la transacción. Pero en el caso de dinero mercancía, probablemente la primera función que emerge sea la de reserva de valor. Yo estoy dispuesto a intercambiar mi excedente de manzanas por algo que me permita conservar el valor de estas en el tiempo y espacio, para poder cambiarlo por alguna cosa de valor equivalente en otro tiempo y/o lugar. Una vez que se consolida esta función y se generaliza su uso, se empieza a usar como unidad de cuenta.
En el caso de Bitcoin, al igual que sucede con el dinero-deuda, primero se diseña el funcionamiento de la unidad de cuenta y, como resultado o derivada, la gente empieza a apreciar el valor de esas unidades[11]. En este sentido, Bitcoin es altamente disruptivo respecto de a lo que nos han acostumbrado los siglos de historia monetaria basada, en mayor o menor medida, en dinero mercancía. A diferencia de ésta, la deuda implica un patrón de valor abstracto[12], con las dificultades que hemos concretado sobre la objetivación de ese valor. Como indica Innes[13], “el crédito y la deuda son ideas abstractas, y no podríamos, si lo hiciéramos, medirlas por el estándar de cualquier cosa tangible.” Y en este mismo sentido se pronuncia Satoshi Nakamoto cuando indica en un mensaje fechado en febrero de 2009, respondiendo a una pregunta sobre el eventual ajuste de la oferta de bitcoins a la demanda, que:
“en efecto no hay nadie que actúe como banco central o reserva federal para ajustar la oferta monetaria a medida que crece la población de usuarios. Eso habría requerido que un tercero de confianza determinara el valor, porque no conozco una forma en que el software sepa el valor de las cosas en el mundo real. Si hubiera alguna forma inteligente, o si quisiéramos confiar en alguien que administrara activamente la oferta monetaria para vincularla a algo, las reglas podrían haber sido programadas para eso.”
Al igual que la luz se comporta como onda y como partícula, dependiendo de cómo la midamos, en una aparente paradoja que superó la mecánica cuántica[14], Bitcoin, como registro de transacciones, puede comportarse de forma análoga a un registro de deuda (valor de las transacciones), que medimos en satoshis y bitcoins, que van adquiriendo el valor que sus usuarios les confieren, como si de un activo clásico se tratara, para ser transmitido (satisfacer una deuda) ahora o en el futuro. Evidencia que el dinero como institución tiene esa naturaleza dual, como ya han expuesto diversos autores como Graeber en la cita que prologa este artículo, sosteniendo que “el dinero es siempre algo que oscila entre una mercancía y un pagaré de deuda en forma de ficha”. En sentido parecido se pronuncia también Mostafa Moini, citado por Leopoldo Bebchuk, cuando afirma que un concepto fundamental en su teoría es el carácter dual del dinero: “significa una cosa desde la perspectiva del individuo y otra desde la perspectiva del sistema de pago en su conjunto” (“Monedas, Monedas Corrientes, Monedas Sociales y Criptomonedas. Un estudio acerca de los instrumentos monetarios, su diversidad y su relación con el dinero-crédito”. Disponible aquí).
Sus particulares características nos inducen a replantearnos muchos conceptos firmemente asentados, para adentrarnos en territorios desconocidos… u olvidados.
Pensemos, por ejemplo, en el concepto de ahorro[15], que debería ir paralelo al de deuda, es decir, en puridad solo se puede prestar lo que se tiene; si yo te presto una llave inglesa es porque tengo esa llave inglesa. Con el dinero debería pasar lo mismo, nadie debería poder “prestar” un dinero que no tiene. Pero tanto los estados como los bancos puede crear deuda (dinero) sin ahorros (colateral) que la sustente. De esta forma, el ahorro ha ido languideciendo, hasta llegarse al absurdo de financiar vacaciones con préstamos[16]. Incentivos como la perenne inflación o el artificialmente bajo tipo de interés inducen que los individuos tengan una preferencia temporal cercana al infinito, lo que afecta a las personas y a la sociedad de muchas y perniciosas maneras, no solo de índole económica[17].
Resulta curioso que, en estos momentos, cuando la libertad está en claro retroceso, el ahorro también siga el mismo camino. La palabra ahorro proviene del término “horro”[18], usado para referirse a esclavos que habían alcanzado la libertad. A su vez, horro proviene del vocablo árabe “hurr” que significa libre.
Bitcoin está en condiciones de proporcionar unos incentivos para reducir nuestra preferencia temporal a unos niveles adecuados de sostenibilidad, permitirnos ahorrar sin necesidad de convertirnos en expertos financieros y, de paso, hacernos más libres.
En última instancia, Bitcoin evidencia, como apuntan Graeber y otros autores citados, que la institución del dinero supera, o al menos no casa del todo, con la clásica distinción entre dinero-deuda (pasivo) y dinero-mercancía (activo). Por otro lado, me planteo si el tradicional empeño de centrar el foco en la consideración de Bitcoin como activo real (que no es pasivo de nadie), no implica una cierta miopía al observar el fenómeno, pues Bitcoin no es solamente un activo real, y parece llamado a superar esa dicotomía. Bitcoin es una creación humana como nunca se había conocido antes, tras miles de años de experimentación y estudio, para procurar satisfacer nuestra necesidad de intercambio y cooperación, eliminar o al menos disminuir la violencia y contribuir a nuestra supervivencia. Como apuntábamos al principio de nuestro artículo, el fruto de nuestro trabajo puede ser enajenado o transmitido de dos formas: por violencia o por intercambio (dinero). La historia nos ha enseñado que los dineros que hemos utilizado han acabado siendo ineficaces, cuando no sometidos a la lógica de la violencia y el latrocinio en vez de la cooperación, lo que acaba con su destrucción. Bitcoin sienta las bases para alejarnos de la violencia y poder ser más libres.
Y si fuera argentino, habría que terminar gritando:
¡VIVA LA LIBERTAD, CARAJO!
- “En deuda: Una historia alternativa de la economía”. https://www.amazon.es/En-deuda-historia-alternativa-econom%C3%ADa/dp/8434433532/ ↑
- “La dualidad onda-corpúsculo en la filosofía de Max Born”. Ana Rioja. https://institucional.us.es/revistas/themata/14/11%20Rioja.pdf ↑
- Entendiendo por tal, siguiendo la definición del profesor Mario Verdugo, creaciones del obrar humano colectivo que, con carácter de permanencia, procuran satisfacer necesidades sociales. ↑
- The Satoshi Papers: Politics After Bitcoin with Natalie Smolenski – Pacific Bitcoin 2023.
https://www.youtube.com/watch?v=m2CPoluG3pk
Interesante conferencia donde se trata el tema del dinero deuda y dinero mercancía y sus relaciones con Bitcoin, aunque debo reconocer que no comparto algunas de las tesis de la ponente. ↑ - En este mismo sentido o análogos se pronuncian otros autores, como pone de manifiesto el trabajo de Eduardo Garzón Espinosa: “El origen del dinero desde un enfoque de dinero-deuda”, disponible en: https://revistas.ucm.es/index.php/IJHE/article/view/64117/4564456549739
Igualmente, puede consultarse “Teoría del crédito del dinero”, disponible en:
https://www.wikiwand.com/es/Teor%C3%ADa_del_cr%C3%A9dito_del_dinero así como a Félix Martín en “Money: The Unauthorised Biography”:
https://www.amazon.es/Money-Unauthorised-Biography-Felix-Martin-ebook/dp/B00CA88FWU/
Aunque considero muy acertados muchos de los planteamientos de estos autores sobre el origen del dinero como deuda, en cambio, no comparto las conclusiones chartalistas que de ellos extraen. ↑ - Como bien saben los Lannister de “Juego de tronos”. ↑
- Principios de economía monetaria 1. Oferta y demanda monetaria, banca central y política monetaria. Lidia ROSIGNOLO:
https://www.economicas.uba.ar/wp-content/uploads/2017/11/Rosignolo-L.-Principios-de-econom%C3%ADa-monetaria-oferta-y-demanda-monetaria-Banca-Central-y-pol%C3%ADtica-monetaria.pdf ↑ - “En esencia, Bitcoin es una gran hoja de cálculo que documenta quién posee y qué cantidad de unidades internas de Bitcoin: sats, abreviatura de satoshis.” 21 Ways To Look At Bitcoin Chapter Zero A Quick And Dirty Explanation. https://21-ways.com/ch0-03-quick-and-dirty/ ↑
- Así lo explica Graeber: “No hay la menor diferencia a este respecto entre un dólar de plata, una moneda de dólar de Susan B. Anthony hecha de una aleación cobre-níquel para que tenga un ligero parecido con el oro, un papelito verde con la efigie de George Washington o un «bip» digital en el ordenador de alguien. Conceptualmente, la idea de que una moneda de oro no sea más que un pagaré es siempre difícil de acomodar en la cabeza, pero algo de cierto ha de tener, pues incluso en épocas en que se empleaban monedas de oro y plata, casi nunca circulaban por el mismo valor de su metal.” ↑
- Graeber expresa esta idea así: “Tan sólo hay un problema conceptual de envergadura aquí; uno que el lector atento ya habrá notado: Enrique «debe una a Josué». ¿Una qué? ¿Cómo cuantificas un favor? ¿Con qué criterio dices «tantas patatas», o «un cerdo así de grande», valen más o menos lo que un par de zapatos? Porque incluso si se trata de aproximaciones rápidas y groseras, ha de haber alguna manera de establecer que X es el equivalente aproximado a 7, o ligeramente mejor o peor. ¿No implica esto que ya ha de existir algo parecido al dinero, en cuanto a unidad de contabilidad con la que comparar el valor de diferentes objetos?” ↑
- Por ello, algunas personas consideran que Bitcoin no es volátil, sino que la volatilidad reside en el mundo y en el hombre que es quien asigna el valor de las cosas. ↑
- La soberanía monetaria a debate: la historia del dinero y sus controvertidas implicaciones políticas https://revistas.ucm.es/index.php/POSO/article/view/65724 ↑
- Citado en el trabajo de la nota anterior. ↑
- La dualidad onda-corpúsculo https://www.fisicacuantica.es/la-dualidad-onda-corpusculo/ ↑
- Entendiendo por tal la segunda acepción del DRAE para “ahorrar: “Guardar dinero como previsión para necesidades futuras.” https://dle.rae.es/ahorrar ↑
- “Los españoles se endeudan para pagar las vacaciones: “Si no llegas a fin de mes, difícilmente puedes devolver un crédito”
https://www.infobae.com/espana/2023/08/18/los-espanoles-se-endeudan-para-pagar-las-vacaciones-si-no-llegas-a-fin-de-mes-dificilmente-puedes-devolver-un-credito/ ↑ - Para un estudio sobre la importancia del ahorro, puede consultarse: Oberst, T. (2014, abril). La importancia del ahorro : teoría, historia y relación con el desarrollo económico. Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/importancia-ahorro-teoria-historia.pdf ↑ -
“Dicho de una persona: Que, habiendo sido esclava, alcanza la libertad”. https://dle.rae.es/horro ↑