Sobre la regulación de la imprenta en España, el Copyleft y las licencias creative commons
Extracto del artículo publicado por Mercé Molist en El País y en indymedia.org, con ocasión del Hackmeeting celebrado en Sevilla en 2004.
El abogado Javier Maestre defendió en su charla la legitimidad de las licencias “copyleft” frente al “copyright”, que “no existió hasta la aparición de la imprenta. La literatura oral era libre. Los Reyes Católicos aplicaron una férrea censura a la imprenta porque los herejes usaban los libros para hacer propaganda. Lo mismo ha sucedido con Internet: vivimos una ola de represión para cargarse la red y refundarla con los mismos tintes monopolísticos que trajo la imprenta”.
Según Maestre, “el “copyleft” no es anarquía, no quiere romper lo anterior sino que es una evolución natural. Los derechos de autor nacieron porque lo que valía dinero en la copia era el ejemplar, pero hoy el valor de la copia es cero, también el de los canales de distribución. Los poderes que explotan la propiedad intelectual no lo quieren reconocer, están atrincherados en una normativa que nació para y entre mercaderes, que ahora quieren introducir en el ámbito privado. El “copyleft” es el modelo más lógico de gestión de estos derechos en las actuales condiciones”.
Extracto del artículo publicado en el nº 17 de la Revista eidon en febrero de 2005:
Javier Maestre utilizó un símil para definir en qué situación se encuentra Creative Commons. “Si por un lado tenemos a los capitalistas, que serían los que abogan por los derechos de autor, y por otro a los piratas más recalcitrantes, el movimiento de Creative Commons podría situarse en lo que sería la socialdemocracia de la propiedad intelectual”. Para Maestre, los avances tecnológicos (la imprenta, internet, etc) suelen estar apoyados
siempre al principio de su andadura por los poderes, pero cuando eso supone dar paso adelante en libertades, las cosas cambian. En España ocurrió así cuando se introdujo la imprenta. La primera ley libró a los imprenteros
de impuestos, pero sólo 20 años después, los propios Reyes Católicos establecieron una norma mediante la cual los libros no se podían imprimir sin permiso de la Corona.
En la actualidad “los grupos de poder ejercen presión sobre los legisladores para que se impongan normas que les favorezcan a ellos y no a la mayoría”. Su objetivo: defender un modelo de negocio. “Sin embargo -afirmó- internet posibilita que cualquiera puede tener una imprenta y un canal de distribución a escala mundial. Y a esto hay que añadir que la historia nos demuestra que el autor y su creación nunca ha sido el valor más importante”. Por ejemplo, en un incunable se valoran y se valoraban las ilustraciones, el material con que se había trabajado, pero no lo que allí se decía. La novedad es que a medida que el soporte ha perdido valor, el protagonismo lo han asumido los canales de distribución. En la actualidad, la situación que nos encontramos es que el medio pierde importancia y avanza enormemente la posibilidad de la copia. Pero la ley pena poseer las herramientas necesarias para la copia privada “con el objetivo de perpetuar un modelo de negocio obsoleto”, concluyó.